Soledad

A lo largo de mi corta vida he experimentado infinidad de sensaciones y sentimientos, pero una que llevo conmigo mismo es estar solo y aventarme a hacer algo estando solo. Explico mejor.

Dentro de los valores que han inculcado en mi y que tengo muy arraigado desde muy pequeño es ser puntual. Las contabas veces en las que he llegado tarde o arrastrando el tiempo, he sentido una sensación de presión en mi, de quedar en mal y que deja a las personas esperando por mi. Han sido muy pocas sino que casi nulas esas ocasiones, pero si han ocurrido.

Procuro llegar siempre temprano, depende de la hora en la que me citen eso si y de la situación a la cual voy. En la Universidad regularmente llegaba una hora antes, por tráfico, por cualquier situación que pudiera pasar y peor estando en exámenes. Así que sin más, creo que he puesto el contexto de a lo que voy y quiero tratar. En este tiempo que tengo de sobra esperando a la gente o a que llegue la hora, es mucho tiempo que me encuentro solo conmigo mismo. Las veces en las que he ido a entrevistas de trabajo y solo espero mi turno, vienen tantos pensamientos a mi cabeza, el sentir miedo de lo que viene, de lo que me vayan a preguntar, de plantearme si soy lo suficientemente bueno para ese trabajo, de lo que he pasado por llegar hasta ahí. Todos y cada uno de mis pensamientos que han surgido en ese corto espacio temporal. Esos momentos previos y solo respirar, calmar un poco mis latidos de corazón y a darle una vez más. 

Lo peor o lo mejor, es que en esos momentos han sido en los que más solo me he sentido, nadie importante para mi ha estado ahí, justo ahí. Los veo lejos, pienso en ellos y en lo que me pudieran decir, pero solo ese momento en soledad, de tener tiempo para pensar todo y replantearte todo. Saber por quien hago todo lo que hago, por que tengo que hacerlo. Si, sé muy bien que ha sido primero por necesidad, por salir en este mundo lleno de tiburones a tomar algo que merezco, solo que si ha sido duro. Más cuando llegan esos pensamientos de pesimismo y creer que uno no vale algo más que un simple "Nosotros te llamamos". Estos pensamientos no solo han llegado ahí, al ir a cierto lugar y esperar a alguien, uno mismo se sumerge pensando tanto y tanto, por eso he llegado al punto de distraerme en algo, ponerme los audífonos, si tengo la oportunidad de llevarme mi celular y distraer mi mente en canciones, en seguir la letra de la canción y en vivir como en una especie de video musical. La gente que camina o me ve de reojo ser los extras dentro del video y que todo fluya conforme la canción. Si es que no hay música, al menos distraerme viendo algo, fijándome en los detalles de todo, como se ve la vida desde otra perspectiva y no solo de mis lugares de frecuencia, casa y trabajo. Como es la gente de otros lados, como se desarrollan y lo que hacen. 

Bien dicen que cada mente es un mundo, veo como se ven, que hacen y como se desenvuelven en ese entorno totalmente diferente al mío. Me quedo inmerso en esa forma de ver la vida tan distinta que los nervios se calma, llega el desentenderse de todo y volver a la realidad. Pero ese corto o largo espacio solo, que solo me tengo a mi y a mi cabeza, ver todo y tener una perspectiva totalmente de mi realidad, te hace ver que el mundo gira con o sin ti. 

Recientemente al estar solo, solo busco un lugar donde sentarme, ver todo lo que me rodea, sentir el viento, hablar conmigo mismo, preguntarle cosas a Dios, me veo a mi mismo sentado, la ropa que llevo, como se siente mi cuerpo, si tengo frio o calor, me veo mis manos, los detalles de cada una de esas cosas y pienso en que estarán haciendo y su sonrisa en mi memoria, esa sensación de ver más allá y decir que todo lo que estoy viviendo vale la pena. Vale la pena estar ahí por dar esa seguridad, esa sonrisa que me dice que todo va a estar bien y que lo estoy haciendo por alguien más. No solo por mi.

Dicen en el AA, hay que agradecer todo a Dios, y estos momentos más hay que agradecer, no solo cuando lo tienes en abundancia o cuando ni te acuerdas de el, hoy solo agradezco un día más de vida y que tengo la oportunidad de escribir esto que pasa por mi cabeza. Si algún día lo lees, esto pasaba a mis 33 años. A unos meses de mis 34 años.



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