3 - Joshua

Antes de entrar a la secundaria llegó mi segundo hermano, el más pequeño de los tres. Se acercaba mi cumpleaños y también su nacimiento, una parte de mi quería que naciera el mismo día de mi cumpleaños, así lo celebraríamos juntos. Dentro de mi no lo quería, era un día especial para mi, eso de compartir un día no me gustaba, sin más la vida puso todo en orden, justo cuando tenía que ser, ni un día más o uno menos. Nació el 20 de Septiembre de 1996, si bien tengo presente el año. Estaba todo arrugado y tan pequeño la primera vez que lo vi. 

Éramos ya tres hermanos, tenía que velar ahora por dos. Seguí estudiando mientras el se quedaba en casa. Jugábamos con el, quería nuestros juguetes y solo nos restaba dárselos; le dábamos los juguetes que no nos gustaban tanto y los "mejores" nos los guardábamos. Pasaba horas jugando con mis muñecos, tenía presente a Dragon Ball Z en mi cabeza, organizaba torneos, peleas y niveles de poder entre mis juguetes, cuando me ponía a jugar duraba horas con ellos; a menos que me interrumpieran o tuviera que hacer algo más. 


Vi crecer a mis hermanos, mi tiempo se fue en estudiar y mantener mi promedio, claramente nos alejamos un poco, ellos estaban con sus cosas de la escuela también y era difícil coincidir, pero nos dábamos nuestros tiempos. Entre pláticas, comidas, cenas, películas. Pasó el tiempo, recuerdo poco la interacción con ellos por que solo fue estudiar para mi; así me lo dijo mi mamá para mantener mi beca. Las carencias seguían ahí pero al menos nos teníamos nosotros tres, nos levantamos codo a codo. Llegábamos a ir a visitar a mis abuelos o a la familia de mi papá los domingos que teníamos libre, ya no era un niño y no era todo juego. Así también ellos y sus intereses, siempre vieron mal que mi mamá me hubiera metido a una escuela de paga, de por si era poco lo que teníamos y luego tirarlo en una escuela así. Mis primos me seguían viendo para abajo, pero ahora nos teníamos los tres para poder estar juntos. Llegaron al punto de pensar que yo era gay, no tenía novia, no salía, solo me la pasaba en mi casa, no bebía alcohol, menos fumaba, seguía y sigo hablándoles de usted a mis papás, cuando ya todos tuteaban a los suyos. Ya no solo nos discriminaban por no tener lo que ellos si, ahora era por no tenerlo como ellos, sus discman, televisiones, bicicletas, sus juguetes y ahora dinero. Ellos trabajaban y nosotros solo hacíamos tarea cuando estábamos en Iztapalapa, luego escombrar y hacer quehacer en casa de mis abuelos. En el Moral no podíamos jugar con ellos, se iban al campo a jugar futbol, se salían a la calle, se quedaban todo el tiempo ahí, nosotros solo nos quedábamos en cuarto de mi abuela viendo la televisión, haciendo la tarea o esperando a que nos fuéramos. 

Usé lentes, crecí por tanto salto en el basquetbol. Pero seguía siendo niño gordo, usaba ropa grande para disimular mi sobrepeso, que gradualmente fue disminuyendo conforme crecía. Eso era lo menos popular entre las mujeres así que no puedo hablar de novias o algo muy cercano. Las tuve pero nada fuera de lo común, mi primer novia ahí se llamó Mari Carmen, ella de tercero y yo solamente en primero, es más, con decir que nunca le di un beso. Así de mal estaba. Popular no era y menos guapo, así que ese papel les tocó a otros compañeros que si eran rostro entre las mujeres de ese entonces. Era ñoño, matado, obeso con lentes y ahora granos. Todo el kit completo de un buen anti popular en esos días. Hoy que veo lejano esos días, cuanto daría por recordar aún mejor esos días, en verdad que si. Tengo pasajes solamente de ese entonces, de todo lo que pasó.

Ahí es donde falleció mi abuela paterna, mi abuela Elena. No se si quiera hablar de ella y todo lo que pasó el día en que murió. No lo sé. No he hablado de ella con nadie, de lo que salió cuando fui al AA cuando tuve que escribir de ella y del trauma que empezó a generar en mi, cuando mi mamá se veía mal. Tal vez un día con más tiempo y acomodando mis ideas mejor.


Recuerdo algunas tardes de esos días en las que estábamos mis hermanos y yo jugando, por ser el más pequeño, no pude jugar mucho con Martín, ahí fue Abigail la que convivió y jugo más con el. Pero hubo tardes en las que jugamos con nuestros juguetes, todavía jugaba con mis muñecos, al terminar de usar uno o que se hubiera "muerto" en el juego, se los pasaba a el, el hacía lo mismo y me prestaba sus juguetes para yo jugar con ellos. Sonará muy infantil, pero son recuerdos que tengo presentes, al menos en convivir con nuestros juegos por un tiempo. Le prestaba mis juguetes, que era lo que el quería realmente por que siempre le gustaron los míos y el hacía el papel de prestarme los suyos, aunque no me gustaban tanto, se sentía importante también por hacerlo. Esa ocasión jugamos durante casi dos horas, solamente fuimos el y yo.

Aquí fueron los días en los que convivimos más con mi mamá, salíamos los tres junto con ella a todos lados cada que podíamos. Pero siempre lo hacíamos solos, una vez más mi papá se dedico solo a trabajar, no existía algo más que no fuera trabajo para el; así que nos arreglamos como pudimos, aunque no hubiera dinero para salir y comprar algo, simplemente nos teníamos el uno al otro. Compartimos momentos buenos y malos; íbamos a festivales, clausuras, fiestas y demás solo nosotros. Aprendimos a hacer las cosas por nosotros mismos, dejamos de depender de alguien más por que nos habían dejado solos. Muchas veces aprendimos a la mala, a echarlo a perder y continuar, muchas veces el proceso fue doloroso y nos dejaba mal, por lo que habíamos pasado. Pero nos ayudó a curtirnos, a dejar ese mundo de burbuja en el que estábamos y nos lamiamos nuestras mismas heridas. 

Aquí en Chimalhuacán cada año se realiza la Feria de la Piedra, se ponía antes en la Lagunilla, nos quedaba a 10 minutos de la casa caminando. Así que nos poníamos de acuerdo después de las clases y todo el quehacer de casa e íbamos a distraernos un poco, al no haber dinero para comprar algo solo era ir a ver, a veces llevaba algo mi mamá de dinero y nos compraba una rebanada de pizza para cada uno, cuando realmente no había era una rebanada para todos; hubo veces que solo era una bolsa de palomitas de $5 para todos y solo caminar entre todos los puestos. 


Recuerdo una excursión que hizo mi mamá a San Juan de los Lagos, visitamos Manzanillo y otros lugares, pero donde nos quedamos más fue en Guayabitos. Estábamos los cuatro en la playa, entre el mar y la arena, sentados en la orilla del mar comiendo una piña, no aprendí a nadar así que solo andaba de un lado a otro con mis hermanos, ellos jugaban en la orilla del mar, revolcándose en la arena y mojándose a más no poder. Nos teníamos el uno al otro, aunque no estuviésemos del todo bien, nos teníamos entre nosotros. 

El tiempo hizo su trabajo e hizo de las suyas, siguió avanzando y nosotros con el, llegó el día de separarnos y que cada uno empezara a tomar su propio camino. Escribiré un poco más explicado esa parte de mi vida y lo que pasó después, mientras solo recuerdo esos días, volteo y nos veo a los cuatro en las fotografías, ¿Qué estaba pasando por mi cabeza, por la cabeza de mi mamá y mis hermanos?. Hoy solo quedaron atrás, fueron buenos días. Me cae que si, fueron muy buenos esos días juntos, los cuatro.

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