Poli

Hace poco hablé con mi mamá de ti, de todo lo que tuviste que pasar, del rechazo que tuviste de casi toda la familia, eras el abandonado. A pesar que fuiste el primer nieto te toco esa vida y aún así saliste adelante. Veo algunas fotos en las que trabajaste como payaso, la vez que fueron los 3 años de mi hermana y viniste para disfrazarte una vez más a dar show en su fiesta. 

Trato de forzar mi memoria para recordar mi infancia y recordarte, te veía tan grande, todos se apoyaban contigo. Tenías dinero, casa, carro, trabajo, un buen de cosas que yo solo miraba cuánto podía. No dimensionas cuando eres niño o te impresionas con lo que pueden tener los demás. Mi historia contigo comenzó desde que era muy pequeño pero mis recuerdos son cuando iba a tu casa. Cuando íbamos a casa de mis abuelos y llegabas de visita. Cuando había fiesta y llegabas a ir. Fui creciendo y tuve consciencia de ti. Podía hablar contigo un poco más y seguiste estando tan alto.

Llegó el día que hiciste algo que no debías, todo era por la derecha y diste un paso en falso. Estuviste en la cárcel, no podía asimilar que era eso, lo que era siquiera imaginar a una persona dentro. Tenía 14 años cuando pasó, lo recuerdo por qué fue justamente en el año de mis XV años. Anhelaba tanto que salieras antes y estuvieras en mi fiesta. No fue posible.

Recuerdo que ese día me mandaste una carta. Mi mamá me la dio ese día y en medio de la fiesta me solté a llorar, muchos pensaran que fue por el momento. Solo ella sabía que era por qué me dolía tu ausencia. Quería tanto que estuvieras ahí, poder compartir ese momento contigo. 

Saliste de la cárcel y pude verte un tiempo después en casa de mis abuelos. Esa dureza en los hombros de aquellas personas que han estado en la cárcel la tenías. Nunca hablé contigo de eso y menos te pregunté por qué pasó todo. Éramos familia pero no me abría con casi nadie para platicar. Pasó el tiempo y llegó el tiempo de la Universidad, irme a vivir con mis abuelos. Durante ese tiempo pude verte más seguido, llegabas de visita y podía hablar contigo. Me pediste revisar tu computadora para dejárselas bien a tus hijas, antes de irme a estudiar fui a tu casa, y aunque tú no estuvieras, hice lo mejor que pude en su momento. Fuiste tú la primer persona que me pagó un trabajo, fueron $100.

Se aproximaba la foto de graduación y había hablado con mi mamá acerca de quienes quería que estuvieran conmigo en ese momento. Al menos en mi foto, solo en esa. Llegó la noche y todo se acomodó, estuvieron mis hermanos, mi tío Ángel y tú Poli. Era poco agradecido con la vida, con Dios y no lo agradecí en su momento, fue rápido pero lo llevo conmigo siempre. 

Cuando me quedé para trabajar con mi tío fue casi cada domingo el verte, hacía ejercicio para poder mantenerme estable y aguantar todo el trabajo que tenía que hacer. Hacía lagartijas frente a ustedes y Ángel tomaba mi mochila de ropa y la ponía encima de mi espalda para aguantar más peso mientras las hacía. Solo le decías: "Está entero, bendita juventud". Me sentía bien por qué me reconocías, por que podía llegar a una altura cercana a la tuya.

Tenías tu taxi, te separaste de tu esposa, procurabas a tus hijas; comenzaste una relación con alguien más. Pasó el problema con mi tío y no te vi durante largo tiempo, es más, no te volví a ver y menos hablar. Y así sin más llegó aquella mañana. 

Antes de continuar viene a mi mente un recuerdo que tengo contigo, fue doloroso pero que me enseñaste a la mala. Había pasado una noche difícil para nosotros aquí en casa, eran casi las 7:00 a.m. cuando nos fuimos a dormir, y a las 7:15 a.m. mi mamá me despertó solo diciéndome: "Toma, te hablan, es Poli". Estaba norteado, solo dormí 15 minutos. Tomé el teléfono y me dijiste: "¿Jos? ¿Estás despierto carnalito? Te quise hablar a ti para que fueras tú quien se lo dijera a mi tía, díselo con calma y tú siempre tranquilo, acaba de fallecer mi tío Román, tú sabrás cómo decírselo, nos vemos por acá, cuídense". Palabras más, palabras menos. No me había caído el veinte aún y solo le dije a mamá que se sentará en la cama mientras colgaba el teléfono. ¿Cómo dar una noticia así?, el confío en mi y procure ser lo menos doloroso que pude. En menos de 2 horas estábamos en Canal de San Juan velando el cuerpo. Sé que pensaste en mi para hacerlo, no en mi papá, no decírselo tu a ella, pensaste en mí. Fue una gran responsabilidad, fue tu confianza hacia mí.

Una vez más mamá recibió esa llamada que habías muerto. Ella se tumbó al suelo, no pude hacer nada más. El pecho me dolía pero tenía que levantarla a ella, tenía que estar bien y fuerte para ella. No había nadie quien se quedará en casa, me quedé yo. No pude ir a tu funeral ni a tu entierro. Al irse casi toda mi familia tome mi celular, fui a la cocina y puse a los Creedence. Entendí la canción que tú me recomendaste que oyera, dolió tanto y solo me solté a llorar. ¿Quién me iba a llamar "Carnalito"? ¿Por qué Poli, por qué?.



Hacía memoria de los momentos que pasamos juntos, las pláticas que tuvimos. Cuando nos acompañaste cerca de tu casa a escuchar a los Cadetes de Linares que estaban tocando en vivo. Nos cuidaste esa noche entre tanta gente. 

Sé que dónde estás, ya estás mejor. No estás sufriendo y estás con mis tíos, con toda la familia allá arriba. No he podido soñar contigo pero si te tengo presente en mi mente, oigo tu voz, escucho las canciones que me recomendaste y las canto a todo pulmón. Las de los Creedence, las Salsas y las de la Sonora Altepexana. 

Fuiste, eres y serás alguien importante para mí, no solo estás en mi memoria y pensamientos, he dejado un poco de mi en estás palabras, mis sentimientos en estás líneas. 

Solo te adelantaste y algún día nos volveremos a ver. No sé si sea pronto o tarde, solo tengo en mi mente que estarás ahí. Guíame desde donde estés, ayúdame a asimilar tanto y dar lo mejor que esté en mi.

"Cuando lleguemos a tu casa tu tranquilo mi Jos, solo dedícate a mirar a mi tía y a tus hermanos, te necesitan fuerte. Así que respira hondo y tú tranquilo carnalito..."

Apolinar "Poli" Jiménez

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Sueño contigo

Ruth

Solo dos extraños