Tíos

Se han ido 3 ya, de la familia que menos relación tuve. Aquella que vivía en una vecindad, que era totalmente barrio. Esos domingos de ir a visitarlos y ver los partidos del América en cualquiera de sus cuartos. 

Se fue mi tío Plácido, que aunque siempre le tuve miedo, tengo muy presente cuando bailaba, todo tosco pero eso sí, siempre sonriendo. Al verme bailar me dicen "Siempre que bailas se te transforma tu rostro, hasta pareces otro". Uno no puede negar la cruz de su parroquia y la genética sale a flote. A veces me veo reflejado cuando lo hago. 

Cuando llegaba a ir siempre olía a alcohol, casi siempre lo vi tomado y no se por que pero me pellizcaba mis mejillas, no quería quedarme con él por qué siempre me hacía llorar, me decía que era una niña por llorar, que solo los maricas lloraban. Mi papá no me defendía y solo me iba con mi mamá. Tengo realmente pocos recuerdos contigo, solo esos en los que te veía bailar, que te vi siempre con cerveza en mano y tú playera del chivas. Eso sí, siempre te burlabas si perdía el América y me burlaba cuando pasaba lo contrario con el Chivas.

Plácido Cabrera

Se fue mi padrino, de el ya he escrito y aún me sigue doliendo. Después de mucho tiempo fue al velorio de quién volví a ir, ver fotos de ti, recordar tu voz, todas las veces que hablamos y me diste cuánto tenías. Sigo roto y sé que no volverá a ser igual todo, siempre es un constante cambio. He puesto las canciones que recuerdo que oí contigo y duelen. Estoy en mi proceso de dolor, de luto y de desprenderme. Sigo con mis oraciones por la noche antes de dormir, de reclamar a Dios en las tardes y preguntarle por qué y para qué. Tu no te querías ir, querías vivir aún. 

Bernardo Cabrera

Sigo enojado, con mi dolor, con todo lo que tengo que cargar. Hago las cosas por costumbre, por qué hay que hacerlo. Pero estoy en el punto que no pienso claramente, hablo con mi mamá y está igual o peor que yo. Mi brújula perdió el norte y tengo que comenzar ese proceso para aceptar todo y continuar viviendo, seguir aprendiendo y dando lo mejor que tengo. Sólo que de momento no puedo aún, el cuerpo lo siento pesado, no tengo tanta hambre como antes, sigo entrenando pero por qué mi cuerpo se acostumbró. Hay veces que solo quiero dormirme y no saber más. Pero no, aún no. Sólo duermo por las noches y sigo al pie del cañón. 

Cada golpe duele y no se de dónde llegan tantos. Al inicio de la semana vino la perrera y se llevó al Negrote, por mi constante enojo conmigo mismo no avisé que vi el carro de la perrera. Simplemente me fui a cobrar y me perdí en mis pensamientos. Al llegar a casa me dijo mi mamá que se lo habían llevado, ella se despidió de él y simplemente se lo llevaron. Me sentí culpable, pude haber hecho algo. Aunque simplemente vinieron directamente por el, había mordido supuestamente a una hija de vecina. Vemos a varios perros de la calle, les damos de comer y ellos cuidan, les ladran por qué les pegan o les tiran piedras, pero son bien nobles ellos. Sé que por estar enojado no pienso bien, he hablado menos y me he alejado de todos. Tanto por qué no han estado conmigo, por qué me han dejado solo. Han visto por sus propios problemas y ahora que estoy en este proceso no lo están. Antes de decir algo que pueda herir, por qué me conozco y sé que puedo hacer mierda a una persona con solo hablar. Me alejo de todos por un tiempo y no quiero saber de nada ni de nadie. 

Y ayer 20 de Enero, en medio de las clases con Universidad me llama mi mamá por teléfono. "Ya falleció tu padrino Nacho". Un hueco en el estómago, sentir un aire por la nuca y solo respire hondo. Por su estado de veía venir, no mejoro y todo iba a mal. Murió por Covid, mis primos y su esposa se infectaron también. No sé velará su cuerpo, les darán directamente las cenizas. Mi papá llegó temprano del trabajo, pidió permiso y estaba en la tarde con nosotros. Cada vez más cabizbajo lo veo. Y al escuchar lo que dijo me quebró: "Ya soy el mayor de mis hermanos".

Me quedé sentado, las luces apagadas, en medio de un examen y llorando. Simplemente salió y me tumbé, siempre tan humilde, pero cada que podía se ponía su traje con corbata, todo bien grande y no concordaba su porte con el traje pero el se veía como un Dandi. Así era como le decían. Siempre se vio guapo y nos burlábamos de eso. El era consciente de eso pero no le importaba, el podía verse bien aunque fuera de segunda su ropa. Así era mi tío, mi padrino de XV años, el "muerto". 

A veces nos llamaba a casa y recuerdo sus chistes: "Si, bueno, aquí el Licenciado Cabrera, hablo a la mansión de la familia Cabrera Jiménez?, Voy a mandar a mi avión para que vayan a aplanar la calle y llegué en helicóptero sino se me llenan de tierra mis zapatos de charol.." 

Cuando alguien contestaba y se reía sabíamos que era él. Nunca fui cercano con sus hijos, mis primos. Pero con el si, el también me decía "Torito", "Jos". Hablaba chistoso conmigo y siempre fue reír con el, cuando llegábamos a ir al Moral, a la vecindad, quería estar con él. Aunque también lo vi muchas veces con cerveza en mano me hacía la plática y reía de sus bailes. 

Ignacio Cabrera

Hoy solo están en mi memoria, veo fotos y llegan más recuerdos a mi cabeza. Ayer antes de dormir sentí mi cuerpo caliente, no tenía frío y solo me tapé. Hice oración y pedí por ellos, por todos. Agradecí un día más de vida y me dormí. No sé si soñé con ellos o que pasó. Sólo sonó mi alarma y me desperté a las 4:00 a.m., a por un nuevo día. Solamente eso.

Tarde o temprano nos volveremos a ver, lo sé. Estaremos una vez más juntos y podremos estar comiendo en la misma mesa. Con chicharrón, frijoles, una coca para que se baje todo y oyendo cumbias de fondo. Viendo en la televisión el partido del domingo o las luchas. Riéndonos juntos. 

Siempre familia, nos volveremos a ver.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

27/Mayo/21

Solo dos extraños

Ruth